VS LA MUJER
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Carta a un futuro (2008)
Serías mujer. Y te transmitiría mi propia visión de lo que es serlo (o devenirlo).Te llevaría a recorrer el centro y te mostraría cómo eructar muy fuerte. Estudiaría los árboles para poder presentártelos como lo bellos, amigables y sabios que son. Te diría que no existe tal cosa como el alma pero que podés decidir si existe y nutrirla.Te diría que todo es materia pero que nosotros le añadimos el espíritu y el significado. No importa si existe, no importa si es verdad, no importa si es cierto. Te mostraría que uno puede escoger cómo es el mundo y te mostraría cómo he escogido yo que sea. Y también te diría cómo puede ser. Te explicaría que se puede ser un cabrón de mierda muy fácilmente, pero te contaría que es mucho más bello y gratificante cocinarle al papá los espaguettis como le gustan, con mantequilla y orégano, suelticos pero no blandengues. Te enseñaría a andar en bicicleta y a veces dejaría que te cayeras. Me reiría, te reirías y seguiríamos pedaleando con tus tenis. Después guardaríamos la bici y los zapatos para salir a caminar descalzas por el barro. Con cuidado de no chuzarnos pero siempre caminando. Y en el parque te enseñaría a dar patadas, teniendo siempre en cuenta que lo importante no es saber pegar sino saber esquivar sin caerse. Que es mucho más difícil conversar con patadas y entenderse que tumbar a la otra con destreza.
Que es más difícil hacer un soneto que hacer un cuento.
descubro al dibujo no como técnica sino como forma de expresión otra
experimental en mí
que no domino
experimental porque no lo domino
ni me importa


dibujos de mi añoranza y mi expectación.
dibujos de mi ausencia de relato propio.
convierto esa ausencia en proyección.
La madre como ser universal pero también como ser particular. Las madres que conozco, las madres que imagino, las madres que son relatadas. Y por supuesto la madre que soy. Madre porque tengo útero. Madre porque lo fuí. Madre por que deseo serlo.
La madre también como “dadora universal”, por usar la expresión de germán espinoza en su voz de narradora femenina. Genoveva se da a todos los marineros… Ella le dice a Bernabé: “Refrendabas con tu posesión la de tantos otros, mi destino de dadora universal”. Dadora de su condición hipersexual, que en nuestra cultura ha sido tomada en control para satisfacer ideologías, moralinas, capitales y poderes machistas, ya sea porque no la dejan ser o porque le succionan al máximo cierta arrechera conveniente.
La mujer como diosa. Pero no diosa como ama y señora, ni diosa única y particular. La mujer como diosa creadora, diosa sabia. Que reflexiona a su antojo su propia vida y la de sus criaturas.
la mujer serpiente
la gran madre
la gran amante
la diosa madre
diosa germinadora
mujer-tierra
dadora de vida, proveedora, madre nutricia
curandera
maga
sacerdotiza
un acto determinante para la existencia, pero no tanto de la que nace como de quien la concibe
Una mujer me contó de su futuro viaje. Y de lo que estaba sucediendo en su cuerpo. También de lo que sucedería. Me lo dijo una noche de calle, de salsa. Parada en un andén. No te querés sentar? No, así estoy mejor. Es mejor para el bebé, porque fortalezco mi músculo perineal y mi útero. Es el que se expande para parir. Al ver que me brillaban preguntones los ojos con lo que decía, me siguió hablando. Esto ha sido una experiencia muy muy áspera. Muchos descubrimientos. El cuerpo es muy sabio… la naturaleza… Y las cosas que me contó me abrieron las puertas de un mundo que no me era extraño pero que no conocía. Siguió contándome que su compañero le ayudaba a diario a fortalecer el perineo. Puso las palmas de sus manos una frente a la otra con los dedos apuntando hacia adelante mientras me describía cómo él introducía así los pulgares en su vagina y dibujando un arco con ellos masajeaba y ayudaba a fortalecer y a estirar ese músculo tan importante en el parto. También me dijo que algo le parecía increíble, y que fue para mí lo más revelador: durante el parto el cuerpo segrega la misma hormona que se segrega durante el orgasmo…. La oxitocina. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!!!!!!
Y resultó que todo de repente tuvo una coherencia magistral, obvia, lógica, esencial, sagrada. El útero es el origen de nuestra existencia. Y toda nuestra sexualidad se configura en función de ella. Y opera de manera que sea un evento único, placentero, poderoso, sagrado, mágico, orgásmico. Precisamente el orgasmo parece ser el dispositivo que creó la evolución para que el cuello uterino -estrechísimo y tan fuerte que sostiene el peso del bebé- llegue a dilatarse de semejante manera. Una modificación momentánea tan súbita que debe de haber algo que el cuerpo produzca para que la madre pueda lidiar con él, como me lo reveló Stephanie y luego un libro en una mañana que se volvió trascendental.
Sin embargo creo que la cosa va más allá. Así lo he ido concluyendo a medida que he ido leyendo, escuchando, viendo a diferentes mujeres y a sus parejas. El parto es un momento de trascendencia espiritual, física y mental. Como aquel al que se puede llegar en estado de meditación profunda, o de trance, o de elevación. Whapio lo describe como un viaje. Fue ella quien confirmó mis sospechas.
“...está en un estado alterado de consciencia"
"...desde ese torbellino llama a la otra vida para que llegue a la tierra"
"juntas hacen el viaje de regreso”
El parto animalesco e intuitivo es peligroso para una sociedad que desea estandarizar los cuerpos. En muchas culturas y sociedades las mujeres han sido las gestoras de sus propias concepciones y de sus propios cuerpos, como podría pensar uno que es lo más lógico en el funcionamiento de una sociedad. Sin embargo, en una era en que se le vende a las personas la mayor cantidad posible de comodidad con el fin de administrarlas mejor, personas conscientes de que no necesitan de personal médico o de autoridades en el asunto de la reproducción humana… conscientes de su propia capacidad de agencia
Búsqueda y descubrimiento de una sabiduría intrínseca. Certeza de que las respuestas pueden estar en una persona sin necesidad de una autoridad asociada a una institución social, al poder dominante. Y también debe ser desprecio por aquello que no es propio del cuerpo de las ciudades sino de lo primitivo o de lo supuestamente extra humano, alien. El instinto y la intuición que tan audazmente la ciencia y la razón establecida tildan de superchería, de superstición.

no responde a un paradigma mecánico sino orgánico...
CUÁL ES LA FINALIDAD DEL HIMEN?
TUVO ALGUNA FUNCIÓN EN ALGÚN MOMENTO?
HAY ALGUNA APARTE DE SU FUNCIÓN MORAL?
HAY ALGUNA APARTE DE SU FUNCIÓN CULTURAL?
He descubierto la magia del embarazo sin nunca haber parido. Nunca lo he vivido, pero sé que existe. Y sé que existe gracias a la palabra. Gracias a las vivencias de mujeres cercanas.
Un amigo sabio dijo, después de estar cercano a varios embarazos y partos, que él sentía y se había podido dar cuenta que el parto debe ser experiencia grupal. Un ritual grupal me aventuro a completar.
Estaba muy encintada con las personas que subvierten el sistema al subvertir su propio cuerpo. Siempre he pensado que el mundo se debe vivir como a uno le parece, y admiro profundamente a las dos o tres personas que percibo que lo logran plenamente, sin bajar la guardia nunca. Y me siento una gran afortunada de tener tanta gente a mi alrededor que, aún sin estar en un plano empoderamiento, buscan siempre acciones que lleven a cabo y respalden sus premisas.
El cuerpo receptor y protagonista de todo poder, de toda opresión o de toda colonialidad. Son pocos quienes lo convierten en emisor de posibilidad de mundo, en emisor de realidad y sobretodo de búsqueda de ella. Tu cuerpo es un campo de batalla dice Bárbara Krueger. No podría estar más de acuerdo. El consumo da lo mejor de sí para robarnos la mayor parte de nuestra energía. ¿Cómo conseguir tal bienestar, tal comodidad, tal atractivo, tal prestigio?
Personas que se alimentan conscientemente, que llevan su cuerpo como deciden, en función de lo que esperan de él con un sentido crítico de la existencia. Siempre construyendo. Me gusta la gente que siempre cuestiona el camino trazado. Busco eso también. Activamente, constantemente. A mi alrededor muchos y muchas buscan la soberanía de alguna o de muchas maneras. Lo que entra en el cuerpo, el alimento, la sexualidad, el ser mujer, el ser hombre, el parir, la paternidad y maternidad, el habitar la ciudad, el ser caminante, el caminar, el expresarse.
Esta última para mí de las más importantes. El lenguaje libertario que propone escapes, líneas de fuga, incoherencias, inconsistencias, inventos, imprecisiones, dudas, error. A través, gracias a o a causa del lenguaje existimos. Existir en el sentido de ser para el mundo. Ex-sistir.
Desde hace unos años tengo necesidad de buscar a la mujer mayora. A la que lleva sabiduría espiritual, la de conversación profunda y sincera. He deseado acercarme a esas adultas y esas ancianas que han indagado en su feminidad. Porque yo me lo pregunto. Me pregunto sobre mi cuerpo, sobre mis cuerpos, sobre mi dolor, sobre la grandeza, sobre lo naturalmente poderoso. El poder humano no me interesa, el poder natural me abruma, me asombra. La natura es la que me guía. Y el tiempo sobre nosotras -todas las personas que habitamos este mundo- lo asumo como lo que hace que pasemos de viches a maduras. Invoco ese sabio tiempo en las mujeres. ¿Qué hay en el hacer durante años y años? ¿Qué trae ser para otros con tanta devoción durante tanto tiempo? Qué les han contado las plantas y los alimentos? ¿Qué les ha enseñado el dolor?

Hace poco conocí a una. La vida le ha enseñado mucho a punta de zancadillas, de jalones de pelo y de pellizcos. Habla con sabiduría sobre el dolor, sobre mantenerse viva, sobre convivir con sus debilidades, sobre superarlas. Sobre cómo para ella tener un proyecto de vida es una maricada neoliberal.
Soy mujer.
Este cuerpo es cuerpo de mujer.
Soy también hombre y soy también persona. Pero ante todo soy mujer.
Mujer muchacha, mujer niñita, mujer adulta, mujer anciana. Mujer sabia e ignorante, testaruda e inquisitiva, olvidadiza y memoriosa. Sexuada, arrecha, amorosa y amante, orgásmica y eyaculante. ¿Por qué tuvieron que pasar tantos años para que empezara a follar sin pena? ¿Por qué aún me apena mi cuerpo?
Qué tan vedada la arrechera de la mujer!
Qué tan vedada su exploración corporal!
Su autocomplacencia aún lo es mucho.
“Soy fea, terrible, gorda y la peor. Esto es horrible y nuestra familia es horrible. Usted es el gran problema que me enferma el corazón… Esa mujer tan horrible, esa que va allá, esa es como yo, mirame, allá voy yo… Nada le queda bien a este bollo…. “
Por qué entendí tan tarde que debo no sólo decirle sino explicarle a mis parejas lo que me gusta? lo que me excita, dónde exactamente tocar, de qué forma?
Siete de la noche. Seis años años de edad. El cuarto de mis papás. La puerta cerrada. Tomás y Carlos, vecinos de mi misma edad me están pidiendo que les muestre ‘lo mío’, ellos a cambio me mostrarán lo suyo. A mí me da pena intensa. Les digo que no soy capaz, que les muestro los calzones. Les muestro los calzones mientras ellos se están bajando sus pantaloncitos para mostrarme lo suyo mientras entra mi papá y pega un grito terrible mientras yo abro los ojos como si no hubiera un mañana mientras mi papá vocifera ¡qué están haciendo! mientras yo me agito a morir mientras les dice que se larguen ya mientras le grita a Nidia que queda terminantemente prohibido que juguemos en los cuartos mientras tiene el ceño muy fruncido. Él que siempre está tan tranquilo, él que siempre es tan amoroso.
Recuerdo con mis primeras dos parejas que siempre me dió mucha pena de que nos pillaran mientras hacíamos el amor, si era el final de la tarde no lo disfrutaba, estaba más pendiente de los sonidos externos que de los intentos de placer.
Porqué sentía pena cuando me tocaban? Porqué aún me siento tan incómoda cuando tengo a alguien cerca?
Mi madre ve la figura que adorna la pantalla de mi compu y grita ¡¡qués eso tan feo!! Es la pintura de una mujer desnuda con unos grandes muslos. Los tiene abrazados sobre su pecho y con una mano se coje con gracia la planta de uno de los pies. Su coño está bien abierto y sus labios mayores son gruesos, lampiños y sugerentes. Su pelvis en cambio está dotada de un triángulo de vello negro y tupido, un triángulo que fue rasurado cuidando que uno de los vértices quedara justo en la abertura de donde se empiezan a dibujar los labios mayores y su abertura. El clítoris y los labios menores, entre dos líneas bien definidas, están apenas sugeridos por dos tonos de bermellón. La mirada de la mujer es directa, tranquila, seductora, o mejor, sensual, tranquilamente sensual, bellísima. Exhibe su vagina sin ningún pudor, casi con orgullo y el brillo de sus ojos le da un toque de ternura. Amo esta imagen. Mi mamá no ve nada de eso. Mi madre ve una cuca al aire y eso es horrible. Me río de su pudor.
“No pienso que el hombre tenga la más mínima posibilidad de arrojar un poco de luz sobre [las diferentes posibilidades del espíritu humano] sin dominar antes lo que le aterroriza.”
G. Bataille en El Erotismo
Paola tiene un rostro distinto, una mirada distinta. Es la segunda vez que la veo. Cuando la vi por primera vez fue hace unos tres o cuatro años. Tenía ojos de muchacha inquieta, alegre; ojos muy luminosos y vivarachos. El pequeño diálogo que entablamos fue corto, una charlita en el masivo que desembocó en una anécdota de una toma de yagé que ella y unos amigos habían hecho sin la presencia de un taita o de un hombre medicina pero con el permiso de este.
CENSURA
La líbido de la mujer es una amenaza para el patriarcado, desde hace milenios este ha querido menguar, ocultar y condenar el cuerpo femenino, especialmente su fuerza libidinal. La sexualidad de la mujer constituye una amenaza para el poder pues es inmensa su capacidad... Según Casilda Rodrigañez, el vínculo particular de la madre con su hijo proviene de la libido, de su sexualidad, de su útero... Es la líbido, según estudios en los que se basa su libro el motor de las sociedades originarias, el primer vínculo estable en las relaciones humanas. Una revolución de la arqueología de los años 50 llevó a descubrir que fueron las mujeres las primeras artesanas, las primeras agricultoras, buscando a toda costa la supervivencia de sus hijos. Existen representaciones, desde el paleolítico hasta la antigüedad que dan cuenta de figuras de la sexualidad femenina y de cómo esta está naturalmente unida a la maternidad y al parto. Estas representaciones (la serpiente como símbolo de sabiduría, el pez como símbolo del útero) dan cuenta de una concepción de la figura de la mujer muy diferente de la que seguiría en la historia: la mujer como personaje secundario en las sociedades, la mujer como amenaza, la mujer al servicio del poder.

SUMISIÓN
Por ello se impuso una maternidad patriarcal, acorde con las exigencias del poder y del sistema imperante. Paridoras para la guerra o para mano de obra. Educadoras para la obediencia y la sumisión. El parto, función fisiológica natural del cuerpo femenino, delegado a la Administración i e., al Poder.

DOLOR Y MIEDO
No es normal que una función fisiológica produzca dolor. El dolor ha sido inculcado. Es una sensación aprendida que parte del miedo, que hace que la mujer se tensione, que no escuche a su cuerpo, que se contraiga con espasmos y no con palpitaciones de placer, como han relatado una gran cantidad de mujeres cuyos partos son un gran orgasmo; “con un placer extremo”, según Ambroise Paré en su libro de anatomía en 1575; “sin dolor alguno” como testifica Bartolomé de las Casas en su Tratado de Indias al respecto del parto en las indígenas...
El cine, la televisión, y la prensa (…) manipulan,
antes que mensajes, energía libidinal (…) y no sólo
porque dependen del aparato financiero del poder,
sino, primero y sobre todo, porque participan de la
elaboración y de la transmisión de los modelos
subjetivos del poder.

Félix Guattari
FUERZA BRUTA
“Parirás con dolor” dice la Biblia. La llegada al mundo es traumática, dolorosa, angustiante. Para la madre, por un lado, que recostada sobre su espalda porque es más cómodo para el médico- entre otras más cosas que violentan o entorpecen la situación-, está en la peor posición posible para dar a luz, debe recibir una descarga de la paradójicamente llamada “hormona del amor”: la oxitocina, sustancia presente en los orgasmos y, en una situación natural, dosificada adecuadamente por la respiración y el cuerpo consciente para producir vibraciones en el útero que hacen salir al bebé. Sin embargo, en el parto tecnológico esta es inyectada en una dosis haciendo que el cuerpo materno sufra una gran descarga de contracciones muy dolorosas, que no dejan tiempo para la respiración, por lo que es necesaria muchas veces una inyección epidural de anestesia. Para el bebé, por otro lado, es también una experiencia adversa entre otras porque el cordón que lo une a su madre, y que tiene una reserva de oxígeno necesaria para que él pueda ir hasta el pecho de la madre y tomar leche, es cortado rápidamente, lo que produce ahogo y por supuesto angustia. En ese momento el médico le palmotea la espalda al bebé y le entre bruscamente la primera bocanada de aire.

COMODIDAD
Es conveniente para el orden político el desconocimiento corporal de las personas, es un mecanismo de apropiación. Por otro lado es cómodo comprender una organicidad y una jerarquía del cuerpo establecida, es como si fuese un predeterminado de concepción corporal, en la que te dan ciertas pautas de lo que es un cuerpo y de esta manera lo delimitan. Es práctico para una creación en serie de humanos, la concepción humana a partir de los principios mecánicos, sacando a la madre por completo de su relación con el proceso de parto. Todos los partos son tratados como uno solo, sin entender que cada uno es particular y diferente, cada ser tiene sus tiempos desde la gestación, cada una de las madres tiene sus historias particulares, esto afecta completamente los tiempos de parto y exige que no se mida por un principio estándar de la concepción humana.